Arturo Aboal
Otro año más ha pasado rápidamente y ya tenemos aquí, el próximo 4 de febrero de 2015 un nuevo día mundial del cáncer
En un día como este podemos reconfortarnos algo si observamos gráficos como este del SEER, en el cual se observa el descenso de la mortalidad global por cáncer en los Estados Unidos, un hecho que se produce a pesar de la creciente incidencia en el numero total de casos. Este patrón se repite con mayor o menor intensidad en todo el mundo desarrollado, donde están disponibles los sistemas sanitarios, las complejas tecnologías y los carísimos medicamentos necesarios para la detección temprana y tratamiento del cáncer.
Pero el mundo desarrollado no es mas que una pequeña fracción del mundo. Globalmente, a medida que la esperanza de vida crece en el llamado tercer mundo, el cáncer va escalando puestos como una de las causas más importantes de muerte. Es cierto, en el tercer mundo la tuberculosis, la malaria, las diarreas infecciosas incluso, son causas mas importantes de mortalidad. Pero a medida que la población vive más, el cáncer asoma la cabeza; y los cánceres diagnosticados allí lo son en estadios mucho mas avanzados, y por tanto intratables. Los medios necesarios para su detección son inexistentes en muchos lugares, y la medicación necesaria esta disponible muy raramente. Los tipos de cáncer también difieren bastante de los que se observan en el mundo desarrollado; la incidencia de cáncer provocado por agentes virales como el VIH o el VPH es mucho mayor; canceres que en el mundo desarrollado están en franca regresión, como el cáncer gástrico son comunes en el tercer mundo.
En suma, el cáncer reproduce con sus diferentes incidencias por tumor según regiones, distintos estadios en su detección inicial, distintas disponibilidades de tratamientos según el paciente haya sido más o menos afortunado en su lugar de nacimiento, las mismas desigualdades e injusticias que plagan nuestro planeta.
El próximo cuatro de febrero los medios de comunicación occidentales estarán atestados de noticias sobre los últimos medicamentos, intervenciones quirúrgicas o procedimientos diagnósticos. Pero la triste realidad será que para la mayoría de la población del planeta estos recursos estarán totalmente fuera de su alcance.
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